miércoles, 18 de junio de 2008

Curiosidades de esta cultura: Joshua Bell y su violín Stradivarius en la estación del Metro.

(Video y texto enviados por el maestro guitarrista Sergio Medina)

Un sujeto entra en la estación de Metro, va vestido con un pantalón vaquero, camiseta barata y se sitúa cerca de la entrada... extrae un violín de la caja y comienza a tocar con entusiasmo para toda la gente que pasa por allí...

Durante los 45 minutos que estuvo tocando el violín, fue prácticamente ignorado por todos los pasajeros del Metro.
Nadie sabía, que ese músico, era precisamente Joshua Bell, uno de los mejores violinistas del mundo, ejecutando sin parar las piezas musicales más consagradas de la historia, con un instrumento muy especial, un violín Stradivarius, estimado en un valor de más de 3 millones de dólares.

Unos días antes, Bell, había tocado en La Sinfónica de Boston, donde los mejores lugares para el concierto costaban la bagatela de 1,000 USD la entrada.

Esta experiencia que ha sido grabada en vídeo, muestra a hombres y mujeres que caminan muy rápido, cada uno haciendo una cosa, pero casi todos indiferentes al sonido del violín...la iniciativa fue realizada por el Diario The Washington Post, con la finalidad de lanzar un debate sobre el valor del arte, y de su contexto.

LA CONCLUSIÓN: E
stamos acostumbrados a dar valor a las cosas cuando están en un determinado contexto. En este caso, Bell, era una obra de arte en sí mismo, pero fuera de contexto, un artefacto de lujo sin la etiqueta de la marca.

Nota: Joshua Bell tiene 41 años de edad. Al retirarse de tocar en el metro tenía en su funda sobre el piso tan sólo 32 dólares


1 comentario:

Merche Guadiana dijo...

¡Qué preciosa anécdota! Y es que no nos educan (en la meyoría de las familias, gracias a Dios hay unas que sí) para apreciar la belleza. Dos simples comentarios en El Museo de Arte de Bilbao delante de un Miró me hizo apreciar lo que yo consideraba un dibujo casi infantil, mi prima Mexicana, muy Bilbaína, y en la música idem de idem. Mi medio entrenado oído musical me ha permitido disfrutar con más de un músico callejero de esos que a Bilbao nos han llegado del Este.