viernes, 29 de octubre de 2010
La calaca pregunta: ¿Han visto ustedes a un tal Gabriel Martín?
Martes 2 de Noviembre de 2010.
Y buscando al tal Martín /la calaca aterrizó / fatigada, / plena de hastío y pereza / En un lugar bautizado / como la Alianza Francesa.
Quoi de neuf? Le preguntó, una chava / que a la puerta se encontraba.
Políglota la calaca / a la joven respondió: / ¿Cómo que qué hay de nuevo? / mi visita / Jovencita / es anual / por dondequiera anunciada / ¿No estaba usted enterada? Pero / en este caso / objeto de mis afanes, es / un personaje huidizo / por demás escurridizo
Simplemente, / en fin / solo busco a un tal Martín.
Oh, lá, lá! , ya veo que usted lo ocupa / con premura calculada / dice la chava informada. Es alguien que a veces vemos / pero sin falta escuchamos / no tenga usted tanto brete / de seguro se lo encuentra, lo escucha, hoy / como a eso de las siete.
Qué bueno que usted me informa / ya lo busqué en Trois Rivières, entre los negros del norte. En Francia, / en el Cuervo Sabio / bajo las hojas vivas / de poesía bilingüe / et les mortes de Prèvert / ¿me lo puede usted creer?
La joven la tranquiliza: / siendo hoy Martes / si no está en Vallarta, con el Nacho / de seguro que lo encuentra / en, / el edificio borracho.
¿Cómo? , la calaca respondió: ¿el edificio borracho? Bâtiment ivre? ¡Dios me libre! Pas du tout! Vraiment fou!
Retomando compostura, / la calaca filosofa: / borrachos son los humanos / las construcciones son sobrias. Entonces ¿cómo? : / ¿ un edificio borracho colmado con gente sobria?
Preguntando aquí y allá, / la calaca lo encontró / no es para tanto, pensó/ borracha está la fachada / pero por dentro, pa´nada.
Al llegar hasta el estudio, / con previa identificación / solo al Pelayo encontró, / sosegado como siempre / que calmo le contestó: / ¿El Martín? Sí, / esa es su voz / pero ahorita no está aquí / y tal vez, esto no sea de su agrado: / el programa es pregrabado. Vuelva usted el año que entra, / tal vez entonces lo encuentra.
Emilio Vega Martín.
Nota respecto a la imagen de fondo: la hemos tomado de http://agridulce.com.mx/blog/
No existen limitaciones expresas respecto a su reproducción. Agradecemos a argelia por su cooperación. El resto de los elementos de la imagen pertenecen a Jalisco Radio.
sábado, 21 de agosto de 2010
Plegaria de la carretera a Nogales.
Tú, omnipotente Jorge, miembro señero, de los poderes fácticos que, en consecuencia, eres avalado por autoridades de pelo y medio pelo.
Tú, enfundado galanamente en tu atuendo orgullosamente Bimbo-Reebok, como propietario y pastor del rebaño sacralizado.
Que cuando lo conduces a tu Coliseo, dominas los flujos vehiculares y de tus consumidores adictos. Tú, que en esos aciagos días trastocas las idas y venidas de nuestras humildes existencias, te suplicamos, te rogamos – si no es mucho pedir – publiques con la debida antelación el calendario de eventos que bajo tu augusto mandato, tengas a bien programar en tu magnificente espacio a efecto de que nos pleguemos sumisamente en nuestro transitar a tus designios.
Tú, conspícuo maestro en el arte de privatizar las ganancias y socializar las pérdidas, apiádate de todos tus coetáneos que moramos a lo largo de la carretera a Nogales que no tenemos – como decimos coloquialmente – ni siquiera vela en el entierro, que no participamos en tu nuevo credo.
Compadécete, augusto Señor, de esta exigua minoría. Humildemente te lo pedimos.
Tú, enfundado galanamente en tu atuendo orgullosamente Bimbo-Reebok, como propietario y pastor del rebaño sacralizado.
Que cuando lo conduces a tu Coliseo, dominas los flujos vehiculares y de tus consumidores adictos. Tú, que en esos aciagos días trastocas las idas y venidas de nuestras humildes existencias, te suplicamos, te rogamos – si no es mucho pedir – publiques con la debida antelación el calendario de eventos que bajo tu augusto mandato, tengas a bien programar en tu magnificente espacio a efecto de que nos pleguemos sumisamente en nuestro transitar a tus designios.
Tú, conspícuo maestro en el arte de privatizar las ganancias y socializar las pérdidas, apiádate de todos tus coetáneos que moramos a lo largo de la carretera a Nogales que no tenemos – como decimos coloquialmente – ni siquiera vela en el entierro, que no participamos en tu nuevo credo.
Compadécete, augusto Señor, de esta exigua minoría. Humildemente te lo pedimos.
viernes, 5 de febrero de 2010
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